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La guerra comercial desatada por Donald Trump vuelve a poner el foco de tensión sobre el sector bancario. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó ... este lunes del impacto que los riesgos geopolíticos pueden tener sobre la estabilidad financiera global, solicitando tanto al sector como a los supervisores que extremen la vigilancia sobre el posible efecto de estos eventos adversos, en plena incertidumbre por los aranceles.
«Los riesgos geopolíticos mundiales permanecen elevados, lo que suscita preocupación por sus posibles efectos sobre la estabilidad macrofinanciera», apunta la institución en un informe publicado este lunes. «Un aumento de los riesgos geopolíticos que impida el comercio y la inversión transfronterizos, o que eleve la incertidumbre, puede desencadenar una reasignación de flujos de capitales, perturbar las cadenas de suministro o infligir shocks adversos de demanda a una economía», insiste.
El organismo cree que esto puede causar un descenso de los precios de los activos que, a su vez, afectaría la «capacidad de intermediación de las instituciones financieras e incrementaría el riesgo de que se produzca un círculo vicioso de interacciones macrofinancieras negativas». Un escenario que obliga a las entidades financieras a preparar un buen colchón frente a estos acontecimientos. «Los bancos y sus órganos de supervisión deberían dedicar suficientes recursos a detectar, cuantificar y gestionar los riesgos geopolíticos, en particular mediante pruebas de tensión y análisis de escenarios», apuinta el FMI.
El mensaje ha sido repetido en las últimas semanas también por el Banco Central Europeo (BCE) y el propio Banco de España, que hace solo unos días apuntaba a que mantiene un «continuo seguimiento» del posible impacto de la guerra comercial en las entidades. Aunque el supervisor nacional no observa riesgos de liquidez para el sector ni para los mercados financieros, sí animó a las entidades a monitorizar estos escenarios en sus análisis de solvencia.
Al tiempo, el FMI pide que los tengan en cuenta a la hora de supervisar, incorporando estos riesgos a los test de estrés que se realizan al sector, junto a otros escenarios que sí se manejan más relacionados con el crédito o la liquidez. «Los colchones de capital y liquidez de las instituciones financieras deberían poder absorber pérdidas extremas, pero plausibles asociadas a la materialización de los riesgos geopolíticos», apunta el organismo.
Los riesgos son elevados en un escenario que, además, está marcado por la elevada desconfianza de los inversores. «El malestar de los inversores también se debe a la incertidumbre y la imprevisibilidad de la política comercial estadounidense. Los anuncios de aranceles son indudablemente inoportunos y probablemente tendrán repercusiones directas en el crecimiento de Europa y en las perspectivas de los tipos de interés, así como repercusiones indirectas en los resultados de los bancos», apunta Marco Troiano, director de calificación de instituciones financieras de Scope Ratings.
El experto apunta a cierto deterioro de la calidad de los activos en el sector empresarial, «lo que podría ocurrir más rápidamente de lo previsto, ya que las compañías exportadoras de la UE se enfrentan a una presión importante a medida que se adaptan a un nuevo entorno de mayores barreras comerciales».
Por lo tanto, considera que los bancos más expuestos son los que se centran más en los préstamos a empresas y negocios. «A medida que la desaceleración económica surta efecto y los efectos de segunda ronda empiecen a materializarse, la mayor presión sobre la calidad del crédito podría extenderse a otros segmentos».
En su informe, el FMI también hace referencia a ese daño en la confianza del mercado, que puede terminar afectando a los precios de los activos financieros «incluso cuando no se ha producido ningún conflicto ni cambio de política». «Las tensiones comerciales, como los aranceles, las guerras comerciales y las sanciones, podrían imponerse por razones geopolíticas e impactar las relaciones internacionales y la actividad económica», insiste el documento.
En este sentido, la institución ha querido recurdar la guerra arancelaria entre China y EE UU entre 2018 y 2024, indicando que los precios de las acciones de las empresas del gigante asiático cayeron casi un 4% de media, mientras que los precios de las acciones de las empresas estadounidenses cayeron entre un 1,6% y un 1,8% en promedio, después del anuncio de aranceles de represalia de China el 23 de agosto de 2019.
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