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Pablo González-Conejero Hilla, chef de 'Cabaña Buenavista', fue el encargado el pasado mes de noviembre de coordinar el catering posterior a la gala Michelin, celebrada en Murcia. Su padre, Antonio González-Conejero, fue director de este periódico de 1970 a 1982, por lo que él pasó sus once primeros años de vida en Badajoz. En Salsa ha charlado con él de esa etapa para constatar que guarda muy buen recuerdo de ella.
Aunque, aparentemente, no tiene relación su labor con la que desempeñó su padre en el Diario HOY, un chef coordina cocineros, reposteros y ayudantes, asegurándose de que cada plato salga perfecto, mientras que el director de un medio lidera a periodistas, editores y diseñadores para garantizar un contenido de calidad. En un restaurante, el servicio es intenso, con tiempos estrictos y alto nivel de exigencia. Por otro lado, en el periodismo, los cierres de edición y la inmediatez de las noticias generan un ritmo de estrés similar.
Entonces, a pesar de que ninguno de los siete hijos de Antonio se ha dedicado profesionalmente al periodismo, ¿podría ser que Pablo haya heredado de su padre esa capacidad de gestionar equipos, manejar la presión y tomar decisiones rápidas? Ambos mundos requieren creatividad, disciplina y una narrativa clara: un periódico cuenta historias con palabras y un restaurante, con sabores. De hecho, Pablo define justamente así, como «contar historias» el arte de cocinar. A pesar de que su restaurante, galardonado con dos Estrellas Michelin y tres Soles Repsol, es uno de los máximos exponentes de la gastronomía murciana, confiesa que alberga una bonita huella de su etapa en Extremadura.
Nacido en el año 1971, vio la luz por primera vez circunstancialmente en Murcia, puesto que su padre ya dirigía el HOY en Badajoz, pero era agosto (su alumbramiento estaba previsto para octubre) y se encontraban de vacaciones en el hogar familiar. Así, espontáneamente y adelantándose a su tiempo vino al mundo Pablo. Hace poco estuvo en la ciudad, ya que su hermana está casada con un pacense, y Pablo llevó a su hijo a esos lugares importantes para él, mostrándole dónde colocaban hace años esas dos piedras que marcaban los límites de la portería en el Puerta Palmas o pasando por las puertas de su colegio, los Salesianos.
«Me acuerdo del HOY como un edificio precioso, había una sala de ocio con un pimpón y un billar, algo que para nosotros era marciano», recuerda. Y es que Pablo cuenta cómo su padre trabajaba todos los días, y cuando tenía que ir algún domingo a la redacción, sus hermanos y él le acompañaban a veces. «Era algo muy festivo, como ir a la feria».
«Nosotros vivimos el periodismo muy de cerca. Recuerdo que el momento del telediario era sagrado, teníamos que guardar silencio porque nos decía que ese era su trabajo. También lo visualizo por la noche hablando desde el fijo con el periodista de cierre para acordar un titular», confiesa mientras asegura preservar muchas anécdotas como esta.
«Fue una época muy bonita. De hecho, con Teresiano Rodríguez Núñez, que por aquel entonces era director (y sucedió a Antonio en el cargo en 1982), teníamos una relación súper estrecha. Él y Vicky no tenían hijos y nos íbamos los nueve todos los domingos a su campo a asar chuletas y a jugar al fútbol».
De su padre aprendió, entre otras muchas cosas, el valor de un equipo, algo que pone en práctica diariamente en su cocina.Pero también echa de menos el rigor e imparcialidad de aquellos tiempos.«Me sorprende la situación actual de la prensa, todo está muy sesgado», indica.
En Badajoz, Antonio González-Conejero vivió, como director de HOY, y según contó antes de fallecer, «uno de los momentos clave de la historia de España, como fue la transición y no fue fácil debido a las presiones políticas». Una de sus mayores satisfacciones profesionales fue cuando en 1982 lo nombraron director de La Verdad, así que él, su mujer, Matilde Hilla Quintanilla, y sus hijos regresaron a Murcia.
«Para mí el periódico es algo muy especial», cuenta Pablo. Por eso, en Cabaña Buenavista hace un pequeño homenaje a la prensa con un periódico propio que entrega a sus comensales. A su entrada, se les hace una foto y se les toman unas declaraciones que son colocadas en la portada porque «el cliente es el protagonista». 'La Verdad de Cabaña Buenavista' cuenta con más de veinte páginas en las que Pablo cuenta detalles del menú degustación, algo que no le daría tiempo a hacer durante el servicio, y muestra otros recovecos íntimos de la historia de su negocio.
«Cuando le dije a mi padre que quería ser cocinero, cuando la profesión no era lo que es hoy en día, no lo podía creer, pero nunca se inmiscuyó en nuestras decisiones. Cada uno ha ido por donde ha querido y por donde ha creído conveniente».
Y aunque su cocina mire hacia Murcia, Pablo sigue conservando un vínculo con aquel niño que recorría la redacción de HOY, entre máquinas de escribir, titulares en proceso y la certeza de que, en cualquier oficio, lo importante es contar bien las cosas.
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Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Jon Garay
Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
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