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«Nos preocupa la reducción de la población activa», ha insistido de manera recurrente Javier Peinado, dirigente de la patronal extremeña, en los últimos meses ... cada vez que los datos del paro registrado o de la EPA (Encuesta de Población Activa) constataban el buen comportamiento del mercado laboral extremeño.
No es el indicador que se mira en primer término a la hora de valorar el empleo en la región. El número de afiliados o la tasa de paro tienen preferencia, pero la empresas le prestan especial atención a la población activa, ya que de ella debe salir la mano de obra que necesitan para sus negocios. «La falta de población activa está limitando el crecimiento de las empresas», ha repetido Peinado, secretario general de la Creex (Confederación Regional Empresarial Extremeña), en varias ocasiones.
Actualmente la población activa en Extremadura está en mínimos de los últimos 15 años para un segundo trimestre del año. Son 495.500 personas, según la última EPA: la menor cifra desde 2009, si se exceptúa el año 2020 con la pandemia trastocando los datos. Eso significa que en el último año se han perdido 7.400 activos.
55.600 personas de menos de 45 años
ha perdido el mercado laboral extremeño en los últimos diez años; mientras que la población activa de más de esa edad ha crecido en 49.300 efectivos durante esa misma década
Una realidad que profundiza en las dificultades que desde hace años aseguran las empresas que tienen para completar sus plantillas. Desde hace años, el sector de la construcción repite que necesita en Extremadura 10.000 trabajadores que no encuentran para funcionar correctamente; es más, achacan a esa falta de trabajadores que haya licitaciones de obras que quedan desiertas o que haya constructoras que no puedan asumir más proyectos.
En una situación similar está la hostelería: hay establecimientos que cierran algún día a la semana porque son incapaces de cuadrar turnos para dar descanso a sus trabajadores. Los camareros y los cocineros son los puestos más complicados de cubrir, según los responsables del sector.
La explicación a todo esto es demográfica: Extremadura pierde población y la región está cada vez más envejecida. Esas son las principales causas que están detrás de ese descenso de las personas activas en el mercado laboral. Basta con revisar los datos de la EPA de junio: la población activa menor de 45 años ha perdido 55.600 efectivos en la última década y ya está en mínimos de toda la serie histórica, que se remonta a 2002.
Al contrario los activos de 45 años o más han crecido en 49.300 desde 2014 y rozan el máximo que se alcanzó el año pasado. Un cambio de tendencia, que también repercute en la caída registrada desde 2023.
En definitiva, personas que salen por edad del mercado laboral y jóvenes que buscan oportunidades laborales mejor remuneradas y con mayor proyección de futuro en otras comunidades. Conviene no olvidar, como recuerdan los sindicatos, que los salarios que se pagan en Extremadura son los más reducidos del país.
Hasta el presente año, la entrada de las mujeres en el mercado laboral había mantenido estable, e incluso ligeramente al alza, la población activa en Extremadura. El paulatino aumento de las mujeres en el mercado laboral había compensado la tendencia a la baja en los hombres que se inició en 2010. De hecho, en el segundo trimestre de este año hay 16.500 hombres menos en el mercado laboral que hace una década, mientras que son 10.000 las mujeres más.
Sin embargo, el impulso femenino se ha agotado en el último año (hay 300 activas menos), lo que ha contribuido al descenso global. Eso sí, las mujeres ya representan el 46% de las personas activas en la región, la tasa más alta de la historia, siempre para un segundo trimestre del año.
Así, con los afiliados en máximos históricos, el paro en mínimos y la población activa a la baja, las empresas cada vez tienen menos margen para encontrar trabajadores.
Por el momento, es la población extranjera la que evita un descalabro mayor en el número de efectivos del mercado laboral extremeño. El dato más reciente apunta a que son 25.400 los extranjeros activos en la región, de los que el 76% estaban ocupados al finalizar el mes de junio.
Ese volumen de extranjeros en la población activa extremeña es el número más alto de toda la serie. Al contrario, no había un número tan reducido de españoles activos (470.100) desde 2009. De ellos estaban ocupados el 85%, según la última EPA.
Cada vez son más empresas y colectivos los que miran a la inmigración como la solución para el mercado laboral extremeño. Uno de los últimos en hacerlo público ha sido UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), que ha advertido que la región necesita 1.000 autónomos extranjeros más para garantizar el relevo generacional en las empresas y evitar, precisamente, el envejecimiento del tejido productivo.
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